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lunes, 30 de enero de 2012

PROTECCIÓN SOLAR: MITOS Y FALSAS CREENCIAS

1. Los árboles protegen más que las sombrillas. [Verdadero]
Se ha comprobado que su protección es mayor que la sombrilla, llegándose a una gran filtración si los árboles son muy frondosos.

2. Hay que usar los aceleradores de bronceado en cuanto se empiece la exposición al sol. [Falso]
Actualmente hay un amplio repertorio de aceleradores del bronceado de distinto tipo: cremas, cápsulas orales, parches….. Los componentes que incorporan estos productos permiten activar y acelerar el tono moreno de la piel. Incluyen sustancias naturales como los betacarotenos y vitaminas C y E que ayudan a conseguir un color tostado en la epidermis, además de reforzar las defensas cutáneas frente a los efectos nocivos del sol. “Para conseguir los mejores resultados conviene empezar a aplicar esta sustancias aceleradoras del bronceado un mínimo de quince días antes de la primera exposición al sol o a los rayos UVA”, explica la doctora Natalia Ribé, directora de Institut Dra. Natalia Ribé, de Barcelona.

3. No es igual tomar el sol en el Mediterráneo que en el Caribe. [Verdadero]
Muchas personas acuden a la consulta con quemaduras provocadas en lugares exóticos y aseguran que han utilizado protección solar. El problema es que el sol no incide de la misma forma en todos los puntos de la tierra: cuanto más cerca está de la superficie terrestre, peores son las radiaciones, por eso las grandes quemaduras se producen en la montaña. Pero, además, hay que tener en cuenta factores como el color del agua y de la arena. En lugares de aguas claras y cristalinas y de arena blanca, el sol es más peligroso porque se refleja y su incidencia se multiplica”, explica el doctor Fernando Ordás, dermatólogo de la Clínica Ordás, de Madrid.

4. Si usamos un factor de protección muy alto, no nos ponemos morenos. [Falso]
Tal y como explica la doctora Ana María Barranco, directora de la Clínica de Medicina Estética Génova 10, de Madrid, “Se trata de un tópico a desterrar, ya que no es cierto. El índice de protección lo que hace es multiplicar el tiempo que nuestra piel tardaría en enrojecer o quemarse, por el número de ese filtro”. No hay que olvidar que el índice de protección es el coeficiente que se multiplica por el tiempo que la piel tarda en enrojecer. Por ejemplo, si en su estado natural la piel enrojece al cabo de10 minutos de tomar el sol, con una protección 20 no mostrará peligro durante un periodo equivalente a 10 minutos por veinte, esto es, 200 minutos (tres horas 20 minutos).

5. No hay que bajar la guardia si el día está nublado. [Verdadero]
Es un error pensar que los días en los que el sol se esconde tras las nubes no son peligrosos desde el punto de vista del daño solar. El doctor Ordás explica por qué no hay que bajar la guardia: “La radiación solar es capaz de traspasar al 40 por ciento las nubes y si nos descuidamos y no nos protegemos adecuadamente podemos terminar quemados en un día nublado. Las nubes pueden ser peligrosas porque crean un efecto lupa con el sol, que incide aún más sobre la piel. Por otro lado, hay que distinguir entre un día nublado o con nubes bajas o altas. Si las nubes están muy altas, el sol quema más; de hecho, si las nubes son cirros (blancas, largas, finas y livianas), el 95 por ciento de la radiación solar pasa a través de ellas”.

6. Paseando al borde del agua o dentro del mar no te quemas. [Falso]
Dentro del agua, y hasta un metro por debajo, se reciben el 100 por cien de las radiaciones solares. “Paseando por la orilla del mar, con camiseta, sombrero y gafas de sol, nos podemos quemar. No hay que olvidar que el agua refleja e incrementa los rayos solares, que inciden directamente sobre el rostro. En caso de que el paseo sea por la arena, ésta también refleja un 30 por ciento de las radiaciones que inciden sobre ella”, señala el doctor Conejo-Mir.

7. La ropa constituye una buena protección frente al sol. [Verdadero]
Y esto es cierto hasta el punto que, según el presidente de la AEDV, el mensaje “use ropa adecuada” parece que será el protagonista de casi todas las campañas venideras en el siglo XXI. “Se han realizado múltiples estudios para analizar cuál es la ropa más adecuada, dependiendo de la eficacia de su porosidad, peso, espesor y color. Curiosamente, la prenda de mayor índice de protección solar es el vaquero Levi’s 501; por el contrario, un tercio de las camisetas de algodón de verano protegen menos que una crema antisolar de factor 15 y menos aún si están húmedas o mojadas”.

8. Todos los filtros solares son iguales; sólo hay que fijarse en el SPF. [Falso]
Tal y como explica la doctora Natalia Ribé, “La composición de los filtros solares tiene una importancia decisiva en el buen uso de los mismos. Los fotoprotectores formulados con filtros inorgánicos, por ejemplo, suelen tener una mala cosmética y hacen que la piel adquiera cierta tonalidad blanquecina, de ahí que la cantidad aplicada de producto sea mucho menor. Actualmente disponemos de filtros solares que incorporan filtros biológicos, con actividad antioxidante, y fotorreparadores, que aportan protección a nivel celular y potencian la protección de la piel. Lo ideal es combinar filtros solares orgánicos, inorgánicos y biológicos”.

9. Lo mejor es no exponerse al sol en absoluto. [Falso]
“Si bien está claro que tomar el sol puede producir cáncer, si no nos exponemos nada a él aumentamos el riesgo de déficit de vitamina D, el cual a su vez puede producir cáncer de mama, colon y próstata”, explica el doctor Conejo-Mir. “Bastan diez minutos al día, sobre todo en el caso de la gente mayor y aquella que pasa la jornada encerrada sin ver la luz solar. Es la única forma de que se sintetice y ésta pase de provitamina D a vitamina D, la cual, a su vez, es buena para la psoriasis, para infecciones como la tuberculosis y, además, previene el cáncer de piel”.

10. Toda piel, como mínimo, debería usar un SPF 30. [Verdadero]
“Aunque los productos con factores de protección solar de 15 a 20 serían suficientes para proteger del eritema solar a una piel sana, el uso real reduce drásticamente estos valores teóricos, siendo recomendables opciones con mayor protección, de 30 como mínimo, para todo tipo de piel. En el caso de personas con fototipos I (piel muy clara) y II (piel clara), los niños, personas sometidas a tratamientos fotosensibilizantes o con presencia de lesiones hipo o hiperpigmentadas, deben usar una protección solar aún más elevada”, explica la doctora Ribé.

*Más información en:

ELABORANDO UN PROTECTOR SOLAR CASERO

domingo, 22 de enero de 2012

DOCUMENTALES CIENTÍFICOS 2012 - PARTE I


[Discovery Channel] Profecías del 2012



NASA da a conocer impactante explosión solar [13-07-2011]



Máximo solar 2012 - Alerta Internacional


jueves, 19 de enero de 2012

SIN PROTECCIÓN MEJOR NI LO PIENSES



Comenzó el verano y todos están pensando en darse un paseo por las playas, parques o piscinas de Lima y Callao. Pero la mayoría no ha pensado en los peligros extremos de la radiación solar cuando caminamos sin protección entre las 10 a.m. y las 3 p.m. todos los días que amanece. Ya se han reportando temperaturas elevadas durante los primeros 5 días del mes de enero llegando a alcanzar valores extremos por encima de los 30º celsius, algo raro para el inicio de la temporada en la capital. 

El sol emite diferentes tipos de radiaciones, entre las que hay que destacar los rayos ultravioletas y los infrarrojos, responsables de efectos beneficiosos y perjudiciales sobre la piel.



Existen dos tipos de radiaciones ultravioletas que llegan hasta la superficie de la piel, las B (UVB) caracterizadas por una longitud de onda entre 290 y 320 nm y las A (UVA) con una longitud de onda entre 320 y 400 nm.

Las UVB son las radiaciones de mayor energía pero penetran poco en la piel. Son responsables del eritema o enrojecimiento y desencadenan el proceso del verdadero bronceado.

Las UVA poseen menor energía, pero penetran más profundamente en la piel, son responsables de la aparición de la pigmentación inmediata, juegan un papel esencial en el desencadenamiento de las alergias solares, de las reacciones fototóxicas y a largo plazo del fotoenvejecimiento de la piel.

Las radiaciones infrarrojas con una longitud de onda superior a 760 nm, producen un efecto calórico y parece que pueden potenciar los efectos negativos de las UVB y UVA.

Las exposición inadecuada al sol puede provocar insolaciones, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares y cáncer de piel.


ÍNDICE DE PROTECCIÓN

Los fotoprotectores contienen sustancias químicas y/o físicas, denominadas filtros, capaces de absorber o reflejar las radiaciones solares, protegiendo a la piel de los efectos dañinos de las mismas. Los fotoprotectores actúan frente a las radiaciones ultravioletas B (UVB), ultravioletas A (UVA) e infrarrojo (IR), pero presentan diferente eficacia protectora frente a ellas.


PROTECCIÓN UVB

El Factor de Protección Solar (FPS) o Indice de Protección (IP), nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura, por lo que nos está dando información sobre la protección frente al UVB.

Exiten diferentes índices que determinan el FPS, no comparables entre sí, siendo el COLIPA o método europeo, el más ampliamente utilizado en la actualidad. Las tendencias actuales, utilizando el método COLIPA clasifican los productos en diferentes categorías, en función del factor de protección solar (FPS):



Aunque no hay una regla absoluta para escoger un índice de protección apropiado, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

- En la primera exposición nunca utilizar un FPS menor de 15.
- Aumentar el FPS en pieles claras especialmente fototipos I y II, en niños, en deportes acuáticos y de montaña, en embarazadas u otros grupos de riesgo frente al sol o en tiempos prolongados de exposición.


Fuente de información: